03.09.2020. La Información. Marruecos ‘amenaza’ el dominio militar de España en el Mediterráneo occidental Rabat se alza como el principal cliente de la industria de EEUU, por encima de Arabia Saudí. Su continua modernización provoca reacciones inmediatas en el refuerzo de las capacidades operativas españolas. Europa debe prestar atención: Marruecos se rearma en EEUU. Dedica el 3,1 del PIB a Defensa
¿Una amenaza militar para España?
Realmente España está a años luz del reino marroquí en cuanto a capacidades, formación y doctrina. Calificar de amenaza a la potencia militar alauita es cuando menos un ejercicio de ciencia ficción. Las relaciones con el país de Mohammed VI son provechosas en todos los ámbitos, que van desde el comercial al de la cooperación en materia policial y judicial, pasando por una relación directa en el control de fronteras y lucha contra la inmigración ilegal.
Aun así, manteniendo el dominio claro en al menos dos de los cuatro espacios en los que se desenvuelven las guerras del presente (Tierra, Mar, Aire y Espacio), la continua modernización de las Reales Fuerzas Armadas marroquíes han provocado reacciones casi inmediatas en el refuerzo de materiales y capacidades operativas españolas.
La adquisición de los F-16 marroquíes ha sido contestada con el reemplazo de los 20 F-18 del ala 46 de Gando, que llegan al final de su vida útil, por un nuevo lote de otros 20 Eurofighter que supondrán un coste aproximado de 2.000 millones de euros a las arcas españolas. Con esta operación, denominada ‘Halcón’ por los ya míticos veteranos F-18 de los años 90, España garantizará la superioridad aérea en Canarias, una zona sobre la que ambos países plantean discrepancias en cuanto a la delimitación de sus aguas territoriales.
La Armada marroquí es netamente inferior a la española, si bien los programas de modernización de corbetas y los temidos misiles antibuques Harpoon pueden suponer un paso adelante por parte de los norteafricanos. Una acción que obligará a retomar el polémico contrato de los S80 españoles para garantizar el dominio absoluto (solo contestado por los argelinos) en la guerra submarina.
Mención aparte merecen los imponentes ‘Apache’ de Marruecos. Si bien su proyección es básicamente defensiva y limitada al terreno marroquí, suponen una ventaja frente a los escasos 24 ‘tigres’ españoles (18 en versión HAD y seis destinados al repuesto de piezas de la versión HAP). Su polémica adquisición resulta insuficiente frente a la capacidad del helicóptero de ataque marroquí, además de contar con una evolución futura que situará durante varias décadas al Apache como el rey de la fuerza de ala rotatoria.
A diferencia de Rabat, España mantiene una adecuada política tecnológica que apuesta por la singularización del producto adquirido. Dicho en Román paladino, gran parte de las adquisiciones armamentísticas españolas incluyen parte de la transferencia tecnológica, algo que garantiza la personalización del producto final conforme a las observaciones y necesidades específicas de los ejércitos. Este hecho claramente diferencial, es, en el caso español, determinante a la hora de abordar la valoración cualitativa del poder militar de una y otra nación, que no se juzga únicamente por la cantidad del armamento disponible.
La próxima negociación de los PGE tendrá en cuenta esta realidad de la que algunos partidos políticos ya se han hecho eco en el Parlamento. En agosto, con ‘estivalidad’, Vox mostró su inquietud por los movimientos de Marruecos y Argelia en la frontera sur de Europa, conminando al Gobierno a aumentar el gasto militar para alcanzar el 2% sobre el PIB. Un deseo soñado por EEUU y al que el departamento de Margarita Robles tendrá que dar una respuesta para seguir considerando a Marruecos como un amigo en lugar de una futura amenaza.
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